miércoles, 29 de agosto de 2007

CAPITULO 22: una noche romántica

Oh el amor
Si hay cosa peor que casarse una vez, pues es casarse dos veces.
Creo que uno nunca aprende de sus errores o al menos los errores no fueron lo suficientemente fuertes que los borramos de la memoria.
Luego de muchos años, encuentros y desencuentros, le pedí matrimonio a catalina. Como ya les conté tiene un carácter muy especial, es dulce como un caramelo de esos que te tienen sabores ácidos, pero que al final terminan gustándote.
Como se lo pido?
Ya habíamos hablado del tema. Pero recuerden que a las mujeres les gustan las cursilerías de pedidas de mano y cuanta cojudez pueda ser incomoda para nosotros.
La invite a cenar a un restaurante de comida italiana, en donde atienden unos chicos muy agradables y que están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de cobrar su propina.
Todo estaba fríamente calculado. Les dije a los mozos que iba a pedirle matrimonio a mi novia y que se acercaran a la mesa con una torta que dentro estaba el famoso anillo de compromiso, que valgan verdades me costo un ojo de la cara con cejas y todo.
La cena estaba ya pedida…….le encantan los canelones. Compre una botella de merlot que es su favorita y contrate a un señor que tocaba el acordeón
Pues que más podía faltar?......................era su noche y después de tantos años quería demostrarle que realmente la amaba y que había valido la pena esperar tanto tiempo.
Cuando llegamos al restaurante un policía en la entrada me paro en el auto, me pidió mis documentos……. Oh no. Había dejado mi billetera en el consultorio. En ese momento me di cuenta que no tenia ni plata ni tarjetas con que pagar la cuenta. Salí del auto y traté de explicarle al policía lo ocurrido. Me dijo: mire doctor hace algún tiempo me duele la espalda precisamente aquí, señalándose la región lumbar.
Pero porque carajo todos creen que uno tiene que hacerles una consulta al paso?
Tenía unas muestras médicas de unos antiinflamatorios y analgésicos, le di una receta y le dije que me vaya a ver a mi consultorio en una semana.
Llamé por teléfono a Matilde y le dije que vaya en taxi al consultorio y que me alcance la billetera al restaurante.
Al entrar al restaurante y algo irritado, vi la mirada de los mozos con aspecto de complicidad. Me sonreí porque sabía que iba a ser una gran noche.
Al traernos el vino me percate que no era mi botella………………..ey, yo no pedí esa!
Al consultarle al dueño, pues se vio con la sorpresa que mi botella se la habían dado a otro señor. Irritado le dije: sirve pues.
Ajjjjjjjjjjjjjj……vino dulce, que mierda es esto? El dueño que es un italiano que parece salido de una caricatura de cuento de horror, con el pelo largo y unos bigotes que no dejan ver sus labios y una joroba como la de cuasimodo, se me acercó y me pidió mil disculpas, me trajo otra botella de vino similar a la que yo había pedido y la sirvió.
Luego de comer los canelones, yo estaba preocupado, ya había pasado un buen rato y ni Matilde ni el del acordeón se asomaban.
En eso ocurrió algo terrible. Se acercaron los mozos con la torta que les pedí y se pusieron a cantar a voz en coro: cumpleaños feliz……………catalina me miró y dulcemente me dijo:
Se puede saber que carajo tienen estos?, porque les has dicho que es mi cumpleaños si faltan 4 meses?..............los chicos interrumpieron la canción, me puse de pie y con la cara de estúpido enamorado le dije………………….ah te la creíste?
Me arrodille a sus pies, la mire a los ojos y le dije a voz en cuello: quieres casarte conmigo?
Los ojos de catalina explotaron en llanto, cuando recuerdo aquella escena hasta me conmuevo y pierdo una que otra lágrima.
Se puso de pie y me dijo: siiiiiiiiiiii. Los asistentes al restauran se pusieron de pie y aplaudieron hasta el cansancio.
En ese preciso instante me miro a los ojos (hay algo en su mirada que siempre me desconcierta)…….ah pues la sortija.
Le dije voy a hacer un truco de magia; metí la mano en la torta buscando la puta sortija, mis dedos escarbaban centímetro a centímetro y no encontraba ni mierda.
Catalina ya algo nerviosa miraba alrededor porque en serio que estaba pasando vergüenza, yo arrodillado escarbando en una torta y los mozos con cara de estúpidos no sabían que hacer.
Cuando del fondo del salón se escucho un grito desgarrador: se muere mi marido! Era un gordo glotón que se estaba atorando con la comida.
Rápido un médico……………..carajo, dos consultas en una hora y gratis. Al hacerle varias maniobras a aquel individuo, logro escupir por su boca algo raro que voló por los aires…………….era mi sortija. Cayo en la mesa de una señora mayor que al percatarse se emociono, la limpio y se disponía a colocársela cuando le dije que era mía.
Nuevamente el dueño del restauran me pidió disculpas.
Catalina me miro y empezó a reír.
Porque siempre los hombres hacemos este tipo de estupideces? nos sentamos nuevamente, la calma volvió al ambiente cuando entro por la puerta el tipo del acordeón del brazo de Matilde tocando huaynos y cantando no se que mierda.
La chola emocionada se puso a zapatear, un grupo de turistas que estaban ahí se pusieron de pie y se incorporaron al baile con la chola. Que buen espectáculo dijo uno de estos gringos.
Pero que carajo de show…………….donde esta la música romántica que le pedí al imbecil ese. Tocando el acordeón se me acercó y me dijo al oído, voy bien?
Me abalancé encima del músico diabólico este, para poder estrangularlo cuando los turistas gringos se me abalanzaron a mí. Se armó tal revuelta, que el policía que estaba afuera intervino.
Pero que le han hecho doctor?......... Me han cagado la noche, yo solo quiero casarme con esta mujer…………….es tan difícil eso? Sentado en el piso y todo en silencio. Escuche una voz al fondo de una viejecita que dijo:
Ya no hay romanticismo hoy en día.


DE LAS MEMORIAS DE MI VIDA. GERARDO

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