viernes, 24 de agosto de 2007

CAPITULO 20: volviendo a casa

Volviendo a casa

Luego de algunas semanas de no ver a bárbara, la chica con la que salí por última vez. Me refugié en mi hogar. Con Lucas (mi scottish adorable) como compañía y con las ocurrencias de Matilde, mi secretaria domestica, que así le gusta que la llame, pues decidí replantear mi vida. Volví a mis clases de saxo para tormento de mis vecinas.
Las visitas de mi madre a mi hogar se comenzaron a ser más frecuentes, ya no llegaba sola, llegaba con mis dos tías a tomar lonchecito y a decirme el discurso de orden: y cuando vas a presentarme a una chica que valga la pena? Ya vas a llegar pronto a los 40 y no es bueno que estés solo.
Claro que lo decía de la boca para afuera, si por ella fuese todavía estaría viviendo en su casa y engordando con su comida tan rica. Mi tía maría que tiene un rosario de lisuras en su boca, siempre me decía: no seas cojudo, diviértete, mírame a mí cagada con tu tío, un viejo de mierda que ya ni dispara. Mi otra tía magdalena es simplemente dos tomos de enfermedades reumáticas e infectocontagiosas. Siempre tiene algo mal, llegaba a mi departamento y se llevaba todas las muestras médicas que podía, un día hasta se llevo medicamentos para la próstata.
Mi madre, ya conocida por todos, es hipocondríaca. El día que no le duele algo, pues es de temer. Celebra los aniversarios de sus dolores y males:
Tengo 10 años con un fibroma
Tengo 7 anos y dos meses con bursitis
Tengo 5 años con dolor de rodilla
Tengo tres años con queratitis óptica (no sabe que significa)
Tengo dos años con el colesterol en 220
Tengo dos meses con otitis
Tengo 8 años con el colon irritable
Tengo 6 meses con mareo
Tengo 13 días con el estomago mal…………………… en fin. Si a veces da ganas de comprar una torta y cantar feliz cumpleaños a todos sus males.
Mi amigo Ignacio ya se iba por el segundo hijo y no tuvo mejor idea que nombrarme como padrino del bautismo. En fin, fui con mi mamá a la ceremonia, mi papá (el coronel) siempre encuentra buenas excusas para no ir donde no le gusta.
Al entrar del brazo de mi madre a la ceremonia me di cuenta de algo realmente sorprendente; me estaba convirtiendo en uno de esos solterones que se queda viejo de cuidar a su mamá. La madre de Ignacio se quedó conversando con mi madre y la convenció de que tenía que hacerse análisis y no se que mierda más, lo cierto que después de aquella charla, la mamá de Ignacio pues ya tenía varias enfermedades que mi madre no le contagio, sino que se las metió en la cabeza.
Luego de la ceremonia y toda la fanfarria, pues viene la celebración del nuevo cristiano. Una buena comida y el licor de rigor. Ignacio estaba hecho un padre orgulloso. Hasta cierto punto le tenía un poco de envidia, hacía algunos años yo estaba en ese papel y ahora como que me entró nostalgia. Claro que después de tanta experiencia mala no me quedaban ganas de conocer a nadie más.
Daniel llegó solo y me dijo al oído: recuerdas a la bailarina exótica, esa la de la boa?.........pues ni me la menciones le dije, esa vez que te amistaste con aurora casi nos mata a Ignacio y a mi, nos persiguió por todo san isidro con un mazo en la mano.
No te preocupes, me ha llamado y ha abierto un club nocturno con la plata que le saco a aquel argentino. Que te parece si saliendo de aca nos damos un salto? Hoy es la inauguración.
Que????, estas loco? respondí, si aurora se entera no solo te mata a mí, a ti y a la charapa esa.
Ya con unos buenos tragos y al finalizar la reunión, Daniel insistía tanto en ir a aquel lugar que me convenció. Ignacio muy amable se ofreció a llevar a mi madre y a su madre a sus casas; cuando comprendí el jueguito, me acerque a Daniel y le dije: que están planeando Ignacio y tú? Ir a ese lugar?..................................pues si, me dijo, hoy es la inauguración y va a estar de lo lindo. Vamos solo un rato y nos salimos.
Yo no sé porque siempre termino haciéndoles caso a este par de idiotas; así que salimos todos.
Ya en el local aquel tuvimos que esperar a Ignacio que llegó muy agitado: tengo solo 20 minutos así que ¡aprovechémoslo! Al entrar al lugar, salió nuestra querida charapa que con una sonrisa gigante nos extendió la mano: hagamos las pases muchachos, después de todo, me libraron de aquel viejo de mierda!.............................vaya, había sido nuestra labor social.
Entramos al local que era de lo más elegante, una barra impresionante y mucha gente. Nos sentamos y el barman nos miro y dijo: bueno pues pidan lo que quieran, la señora ha dicho que los atienda como a los mismísimos dueños. A Ignacio se le salían los ojos de ver tanta chica guapa desfilar por delante de él. Daniel estaba estupidizado; y yo……….oh no! : Volteen despacio hay una cámara de televisión apuntado para aca! dije en voz baja; Los tres automáticamente volteamos y quedamos mirando al barman. Este animal no tuvo mejor idea que pasarle a voz al camarógrafo y decirle: ven amigo aca están los padrinos de este local!, en un acto audaz y propio del mismo houdini nos escapamos por un costado y buscamos la salida; ya a unos cuantos centímetros nuestra amiga la charapa dijo: no se pueden ir! Acaban de llegar!
En ese instante por la puerta aparecieron dos figuras conocidas de edad avanzada: mamá!!!. Pero, que haces aca? Exclamé. Pues era mi madre y la mamá de Ignacio. Voltee hacia el desubicado de mi amigo y le dije:
No las habías llevado a casa?,
Este……no, las deje por ahí en un café y me dijeron que tomarían taxi. Respondió Ignacio.
La madre de Ignacio irrumpió: y se puede saber que hacen ustedes aca?. Nos quedamos mudos los tres. ¡ Pues nos queremos divertir nosotras tambien! Dijeron a coro.
La charapa muy contenta dijo: pero que lindo……….ya parece una reunión familiar, pues pasen por aca; agarro a cada una de aquellas señoras del brazo y las introdujo en el local.
Los tres estábamos pasmados, solo atine a mirar a Ignacio: y ahora que mierda hacemos?
No te preocupes, dijo Ignacio, mamá es………mamá. Jajá jajá.
Ignacio se acerco a la barra, tomo un trago y saco a bailar a su mamá; bueno que me quedaba, pues…………….. a bailar!!!!!.
Casi como la cenicienta, antes de la medianoche salimos todos rápidamente para llegar cada uno a su casa. A la mañana siguiente sonó mi teléfono: hola hijo! Gracias por sacar a tu madre a pasear. Clic; era el coronel que con un tono amable me arrancó una lágrima.
Lucas me quedó mirando y creo que también soltó su lágrima.
Cada vez que paso por aquel lugar no dejo de pensar en aquella noche; claro, por el recuerdo y porque la charapa pegó una foto de nosotros cinco en la entrada!. Ignacio se encargó de pintarles bigotes a todos, inclusive a su mamá y a la mía para no ser reconocidos.

DE LAS MEMORIAS DE MI VIDA. GERARDO

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