lunes, 13 de agosto de 2007

CAPITULO 12: un pequeño error

Pequeña confusión

Con el dolor a cuestas de ser el único casado hace algún tiempo y hoy ser el único soltero. Me dedique a trabajar casi doble turno el la clínica. Ya con poco tiempo para salir, pasaba más horas que de costumbre ahí metido.
Lucía, mi compañera de trabajo, de ojos cautivadores, doctora y especialista en emergencias, mantenía conmigo una relación medio platónica, nos bromeábamos mucho en doble sentido pero nunca hubo nada serio entre los dos.
Cierto día en la emergencia, nos quedamos conversando hasta tarde. Lucía me agarro de la mano y me dijo:
Gerardo, siempre he querido decirte esto y nunca pude, pero estoy enamorada de ti. Ahora que no tienes ningún compromiso, puedo ser sincera y decírtelo.
Me quede mudo, caray estaba halagado esta preciosa chica se me estaba declarando y yo hecho un estúpido solo atine a decir: gracias.
Lucia se puso de pie, tomo su historia clínica me miro a los ojos y me dijo: soy mujer!
No entendí aquel comentario, hubiese querido entenderlo, pero por dios que estaba pasando con las mujeres de este planeta?
Llegaba el último día del año y el último día del siglo. No tenía planes de ninguna naturaleza, con mis dos amigos ya casados y guardados en una celda de oro, acepté trabajar en la guardia de emergencia ese día.
Al llegar la tarde de aquel día, el director del hospital me llamo al teléfono y me dijo que iba a tener que trabajar solo, porque absolutamente todos los médicos tenían una buena excusa para negarse a trabajar esa noche. Pero como es posible eso? Respondí.
Bueno me avisó que tenía que convencer a alguien que me apoyara aquella noche puesto que por ser un día especial íbamos a tener muchas emergencias y no iba a poder con mis enfermeras con todo ese lío.
Pero, pedir apoyo?, se me iluminó el cerebro y pensé en lucía. Pero como se lo pediría? llevaba casi una semana que no me dirigía la palabra.
Tome valor, cogí el teléfono y marque el número de lucía: alo?
Eres tu Gerardo? ……………………ups, si soy yo, este……. (No sabía que decir) y plop, dije algo realmente estúpido:
Que vas a hacer esta noche?
Pues nada, respondió. Ah que bueno dije yo, te gustaría pasar la noche conmigo y…….
Oh dios, creo que hice mal la pregunta.
Lucia solo atino a decir siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!, espera un momento le dije, es que…….
No te ‘preocupes interrumpió. Te llamo en 30 minutos que tengo que ver que me voy a poner, clic. Alo? Alo? Oh no me colgó, pero que hice?, he creado un monstruo.
Pero que forma tan ridícula de hablar la mía, y ahora que iba a hacer?
Pensando como salir de aquel embarazoso momento, solo me quedó esperar.
Luego de angustiosos 30 minutos, sonó el teléfono, al contestar, escuche con voz de emoción y casi gritando: tengo un vestido rojo encantador, estoy saliendo a la peluquería en 5 minutos, a que hora me recoges?
Este, no, no……………..no me has entendido, creo que fue todo muy rápido, lo que quise decirte en realidad lucía, es que tengo guardia y quería que me dieras una mano aca en la emergencia…………….. Silencio absoluto, cuando escuche una voz de soprano salida de la opera de Milán y con sonido estereofónico: imbécil., clic.
Bueno ya en la guardia de emergencia y con la gente que llegaba a la atención entre accidentados, mordidos por perros, borrachines y muchos más, pasó la noche y feliz siglo nuevo! Ni siquiera me puse calzoncillo amarillo..
Al cabo de unos días y ya pasando la visita médica, me toco el turno con lucia, luego de aquel confuso incidente no me miraba a la cara.
Cuando de pronto llegaron todos los médicos a hacer una inspección de rutina a nuestra visita: por favor Lucia me alcanzas esa historia clínica? Dije.
Me miró a los ojos tomo la carpeta y me la estrello contra el pecho: tome usted, doctor!
Dio media vuelta y salió caminando. Los 8 médicos que estaban ahí, incluido mi paciente se quedaron mudos.
Mi jefa, Aurora, ahora convertida en esposa de Daniel, me dijo: no sabía que había algo entre ustedes?
Pues no lo hay, y nunca lo ha habido, todos me miraron con cara de incredulidad, mi paciente se sentó en la cama y me dijo:
Ay ya pues doctor, no te hagas.
En serio yo……………..todos dieron media vuelta y me quedaron mirando medio raro, salieron de aquella habitación y me quede solo.
Al llegar a casa, me esperaba mi adorable Lucas, me miró a los ojos y en tono desafiante le dije:
No me digas nada! Ya lo se!

DE LAS MEMORIAS DE MI VIDA. GERARDO

2 comentarios:

Aldo dijo...

ke te puedo decir que Lucas ya no te haya dicho mas de una vez.... jejeje... quien te manda, quien te manda.. y esta vez fuiste tu y no el heroe periferico

Vero dijo...

mmm que feita situación... mas si es en el trabajo verdad?

Saluditos :)