sábado, 25 de agosto de 2007

CAPITULO 21: una perdida irreparable

Una perdida irreparable

Mi abuela era una señora de esas de antes, yo le decía que era una mezcla de la reina victoria, madonna y blanca nieves. Tenia mucho garbo, algo alocada y extremadamente dulce. Tenia dichos para todas las ocasiones, siempre salía con alguna décima o algo similar. Siempre le dije que algún día debería de escribirlas, lo cierto es que nunca lo hizo. Entre los nietos menos odiosos creo que ocupaba el primer lugar. Nunca soporto el hecho de ser abuela y menos de tener nietos feos.
Estaba orgullosa de mí, siempre hablaba con cariño acerca de su nieto el médico.
Toda la vida dijo que en la familia solo habían médicos, militares y garrapatas(ella tenia un concepto distinto de este término) aquí entraban los abogados, actores y periodistas, que por cierto en la familia son los más numerosos.
Pues cuando me decidí que hacer con mi vida me di cuenta que había mucho militar en mi familia, la carrera de garrapata era muy costosa puesto que hasta el día de hoy me hubieran tenido que mantener mis padres, así que me decidí por la medicina, asimismo era una mejor manera de sobrellevar la hipocondría de mi abuela y hoy en día la de mi madre.
La demencia senil se apoderó de aquella mujer en sus últimos días. Ya con muchas décadas en la vida terminó sus días postrada en una cama con dos enfermeras y con la mitad de la familia en un hilo. Tenía tantas recaídas y estados de coma que el sacerdote nos quería dar oferta por los santos oleos diciendo que por docena era mas barato. No se cuantas veces el médico de cabecera de mi abuela nos convoco para el último adiós, pero las últimas veces como que ya no le hacíamos caso.
Lo cierto es que cuando murió mi abuela, terminé de conocer al resto de la familia, estas son las ocasiones en que salen parientes hasta debajo de la cama. En el velorio y con el dolor a cuestas, vi venir hacia mí por la entrada a Catalina, con sus ojos vivaces y su pelo rojo, hacía ya cinco años que no sabía de ella, se entero de la noticia y me fue a ver.
Me miró a los ojos (esta es una de las pocas veces que si entendí su mirada) me abrazó y me dio un beso en la mejilla. Realmente me sentí muy bien, le pedí que me acompañara por el resto del día.
En estas reuniones sociales siempre salen las tías que quieren seguir agarrándote los cachetes y aquella que te cambió los pañales en tu infancia. Como la mayoría de ellas ya esta esperando ser el anfitrión de la siguiente reunión, todas te hacen la consulta medica de la tarde, a todas les pasa y duele algo y no tienen mejor idea de pedirte alguna muestra médica.
Los demás familiares son por demás pintorescos, mi tío el Emilio siempre buscando que comer, la tía maría que parece que hubiera ido ala universidad de la real academia de la lisura estaba contando sus chistes subidos de tono, estaba mi prima mariana con la que hacia algún tiempo había tenido un pequeño affaire de dos días, mi tío Manuel que se fuma hasta los dedos y apesta a nicotina a 10 metros, es sordo y te habla al oído, lo cierto es que estas reuniones sociales son un motivo de foto a la semana siguiente en que todos se reúnen al lonchecito de rutina. En esa foto siempre falta alguien al año siguiente.
La tía margarita, que su habilidad con la lengua solo es superada por el sistema informativo de la BBC, se me acercó y me dijo al oído: esta es la que te dejó en la calle? Me acorde en ese momento de Ignacio mi amigo que cuando me separé de mi primera esposa, se encargó de contárselo a medio mundo….. Pues no, ella es catalina…. mi novia- le dije.
Catalina se quedó más pálida que la difunta. Volteó, me sonrió y le dijo a mi tía, pues si y nos vamos a casar pronto…….. En ese momento el pálido fui yo.
Antes que pudiera reaccionar se acercó mi mamá, me cogió del brazo y me dijo:
Nos presentas?...........................oh oh………….para mi madre hasta el día de hoy , mi primera esposa (ahora ex) es la mujer ideal. Se llevaban muy bien, es mas, creo que se debió haber casado con ella.
Luego de las presentaciones del caso, mi padre se acercó le dio un beso a catalina en la mejilla y le dijo que por favor lo acompañe a tomar un café. El coronel siempre es tan prudente.
Al quedarme solo con mi madre, sentí que me quería decir algo, me miraba, sonreía y luego miraba el ataúd de la abuela.
Me había tomado por sorpresa la presencia de Catalina y más aún lo que dijo, pero no se porque me emocioné al tenerla cerca. Reviví en segundos los buenos momentos con ella. En fin, como fuere, después de los comentarios con la tía margarita me dí cuenta que estábamos nuevamente juntos para bien o para mal.
Mi madre me besó en la mejilla y echo a llorar. Algo me quería decir. Así que le dije si quería algo. Pues sí me dijo. Escuche el comentario que le hiciste a margarita, es cierto?
Por favor mama, este no es el momento, mañana lo conversamos, le dije.
El tío Emilio se acercó y me dijo: y cuando es la boda? A ver si contratas a tu prima Sandra para que te haga el buffet, son buenísimos…………..
Pero que? la tía maría se acercó y me dijo: ah pendejo que bien escondido que lo tenías?, mi prima mariana se me acercó y no tuvo mejor idea que decirme: estúpido! a voz en cuello.
En ese momento quería meterme en el ataúd con la abuela, veía venir a catalina con mi padre del brazo, al llegar, mariana la miro de pies a cabeza y le dijo: vaya joyita que te vas a llevar…………….catalina, que siempre dice algo de más, la miro sonriendo y le respondió:
Gracias, tu eres la de los bufets?.........................


DE LAS MEMORIAS DE MI VIDA. GERARDO

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